Berlín

Tras un paréntesis de cincuenta años, Berlín está de vuelta como capital de la Alemania reunificada y como una de las ciudades más importantes de Europa. Después de la II Guerra Mundial, Berlín era un títere mutilado entre el Este y el Oeste, con un muro físico y metafórico que dividía la ciudad en dos mitades. La ciudad del noreste de Alemania sufrió la ignominia de perder su capitalidad cuando el gobierno de la RFA se trasladó a Bonn. En la actualidad, los días de la Guerra Fría y los simbólicos eventos de noviembre de 1989 parecen cosa del pasado y hoy en día Berlín mira de frente hacia el futuro.

Berlín vive el mayor proyecto de construcción de Europa desde la II Guerra Mundial, una ciudad nueva parece haber emergido del bosque de grúas que siembra una tierra de nadie en el corazón de la ciudad dividida. Potsdamer Platz es el mayor proyecto y, sin embargo, el edificio más simbólico es el Reichstag. El arquitecto británico Norman Foster ha rejuvenecido el parlamento alemán con una impresionante cúpula de vidrio que simboliza la nueva transparencia de la política alemana, la de una nación sin nada que esconder, un intento de distanciarse de los fantasmas del pasado.

Junto con esta ola de nuevos edificios, se encuentra una urbe impregnada de encanto histórico, desde las viejas calles del este, inmersas en proyectos de regeneración tras permanecer inalterables durante 50 años, hasta la grandiosa arquitectura de Museumsinsel y Unter den Linden o el pulmón verde del parque Tiergarten. El sector turístico también está en en alza con visitantes que llegan para saborear la embriagadora mezcla de novedades y antigüedad. El retorno del aparato estatal a la capital original ha arrastrado a inversores y empresas de otras zonas del país y de toda Europa. Sectores clave como la electrónica, la manufacturación y las tecnologías de la información se han hecho un hueco en la ciudad y reflejan la esperanza que se tiene en el futuro.

Contraria a los estereotipos alemanes, Berlín es una ciudad con un carácter sosegado y tiene una de las vidas nocturnas más animadas de Europa. La ciudad ofrece de todo tipo de locales, desde cervecerías auténticas y antiguos bares soviéticos hasta elegantes bares y discotecas latinas. Este eclecticismo también se extiende al clima: el verano es caluroso y el largo y gris invierno es muy gélido. Un día típico de verano berlínés consistiría en holgazanear al sol en Tiergarden al ruido de las obras circundantes, mientras se saborea una Pilsner fresquita y se observa como la ciudad se reinventa a sí misma y se convierte en una de las joyas del continente.

Qué ver

Visitar Berlín puede ser una pesadilla debido a la inmensidad de la ciudad, la ausencia de un centro urbano como tal y al esparcimiento de las atracciones. Los museos públicos se agrupan en diferentes zonas: Museumsinsel, en el Kulturforum, por los alrededores de Schloss Charlottenberg y en el barrio del suroeste Dahlem. También hay un gran número de atracciones en Potsdamer Platz y en sus alrededores, como el Kulturforum, en el suroeste. Al norte se encuentra Brandenburger Tor (Puerta de Brandenburgo) y el Reichstag de vidrio de Norman Foster. La Puerta de Branderburgo se halla en el principal eje este-oeste de Berlín. Al oeste se encuentra Siegessäule (Columna de la Victoria), con vistas al Tiergarten y a la parte oriental de la ciudad, al suroeste de la columna.

El centro oriental de Berlín tiene menos atracciones, aunque es un buen sitio para hacer compras y salir por la noche. No obstante se recomienda visitar la fragmentada iglesia de Kaiser Wilhelm Gedächtniskirche, testigo y recordatorio de las atrocidades de la II Guerra Mundial. El zoológico se encuentra cerca de esta iglesia.

La mayor concentración de atracciones está al este de la Puerta de Brandeburgo, en los dos lados de Unter den Linden, la avenida sembrada de edificios del siglo XVIII y XIX. Al final de ella se hallan los tesoros arquitectónicos de Museumsinsel, donde se encuentra Berlíner Dom, la principal catedral de la ciudad. Más adelante, en Alexanderplatz, se encuentra Fernsehturm, la torre televisiva de la era comunista, que marcaba el centro oriental de Berlín. Al sur de la controvertida Puerta de Brandeburgo se encuentra el nuevo Monumento a los Judíos Víctimas del Holocausto, que abrió en 2005.

Atracciones principales

PotsdamerPlatzy el nuevo centroTras décadas de abandono y con la única visita de los berlineses interesados en atisbar por encima del muro, PotsdamerPlatz vuelve a ser parte del bullicioso centro de Berlín, recuperando parte de su antigua gloria, ya que durante la década de los treinta llegó a ser la plaza más ajetreada de Europa. En pocos años, el bosque de grúas ha dado paso a un nuevo recinto donde se mezclan tiendas, restaurantes, bares y otros locales de ocio. El mejor lugar para obtener una vista panorámica (y para disfrutar de unas increíbles vistas del resto de Berlín) es el PanoramaPoint, en lo alto del edificio Kollhof, conocido por su rápida regeneración.

Una de las construcciones más interesantes es el Centro Sony, cuya plaza se encuentra cubierta por un futurista tejado. En la planta baja se encuentra el FilmmuseumBerlín, que rememora la importancia de la ciudad en los primeros pasos del cine, a la vez que dedica un espacio a la actriz

Muro de Berlín
Gran parte del muro de Berlín o del «muro de contención antifascista», como preferían llamarlo las autoridades de la RDA, ha sucumbido tanto al entusiasmo de los ciudadanos y buscadores de souvenirs como al de los promotores inmobiliarios. En la actualidad sólo siguen en pie algunas partes. Tras la caída del muro, la parte oriental de la galería , a lo largo de Mühlenstrasse (S-Bahn Ostbahnhof), se cubrió de pintadas artísticas, convirtiéndose en un conmovedor símbolo de la nueva esperanza. GedenkstätteBerlínerMauer es un trozo de muro con graffiti que las autoridades decidieron conservar. Los centros de información turística ofrecen información sobre los años del muro; hay una capilla dedicada a las cerca de 80 personas que murieron intentando saltarlo. Quizás el mejor lugar para hacerse una idea de cómo era la ciudad con el muro sea el MauermuseumHausamCheckpointCharlie, ubicado cerca del famoso puesto de control. Una serie de exposiciones documentan la historia del muro y muestran las famosas pintadas de la cara occidental. A un corto paseo del Checkpoint Charlie se encuentra la TopographiedesTerrors, una exposición informativa al aire libre que se centra en el trozo de muro que aún se halla en pie y en el antiguo cuartel general de las SS y la GESTAPO con pruebas documentales sobre las torturas llevadas a cabo en este lugar. En la actualidad se proyecta la construcción de un nuevo edificio en el recinto que concluirá en los próximos años. 

Vida nocturna

Berlín es simplemente una de las ciudades más efervescenten en lo que a vida nocturna se refiere.  La vieja línea que dividía la ciudad aún permanece, pero en la actualidad el Este vive un gran resurgimiento como zona de ocio nocturno. Berlín es sinónimo de cultura alternativa y en la ciudad todo vale. Movimientos como el punk y otras expresiones anarquistas se encuentran cada vez más cercados por los bares de diseño y de yuppies de Kreuzberg. Sin embargo, los movimientos de vanguardia y sus cafeterías se han trasladado a zonas como Mitte, Prenzlauer Berg y cada vez más, a Friedrichshain. El ambiente gay de la ciudad se reparte por Schöneberg, Kreuzberg y el moderno Prenzlauer Berg.

Para los que visiten la ciudad por primera vez, Mitte es el mejor punto de partida. Desde Hackesche Höfe hasta Oranienburger Strasse, se pasa por numerosos bares que abrieron sus puertas de par en par a las hordas de Berlineses occidentales tras la caída del muro. Merece la pena visitar el final de la calle Taches, un lugar emblemático por el espíritu cultural y revolucionario que representó en su momento. Aunque para disfrutar del auténtico Berlín se aconseja ir a Prenzlauer Berg (Prenzl'berg). Algunos locales son relativamente fáciles de encontrar, aunque lo divertido es perderse por los bares que brotan como setas y que desaparecen de un día para otro.

La entrada a los bares está restringida oficialmente a los mayores de 18 años.